Seat se adentra en el prolífico segmento de los todoterreno con el Freetrack, cuya versión definitiva se presentó en el Salón de Barcelona.
Sus líneas no se desmarcan del resto de la gama española y, a simple vista, se diferencia del Altea normal por una carroceria ensanchada 60 mm respecto a un Altea XL, y unos sobredimensionados parachoques que incorporan apliques de aluminio, así como por unos pasos de rueda, también aumentados, que albergan unas llantas de 17 pulgadas.
Con una altura libre al suelo de 310 milímetros, sus ángulos de ataque, salida y ventral son los de un verdadero todoterreno: 26º, 29º y 23º respectivamente. Hablando del apartado mecánico, en un principio habrá dos alternativas: una gasolina 2.0 TFSI de 200CV y la variante diésel ya vista en el Altea FR, un 2.0 TDI de 170CV.
De uno u otro modo, la potencia se transmite a las cuatro ruedas a través de un esquema con conexión hidromecánica y mando electrónico tipo Haldex, que garantiza un reparto de fuerza permanente.
Todo apunta que llegará en septiembre.
