La segunda generación del Audi TT Roadster vuelve a servirse de la plataforma VW Golf. Sin embargo, y frente a su antecesor, es más coche en todos los sentidos.
En un principio su robustez y rigidez torsional, son los puntos esenciales en un descapotable, duplican las anteriores. Tiene una longitud de 4,58 metros y batalla de 2,65, para lograr un interior más desahogado y un maletero más capaz, 250 litros, 40 más que antes y 40 menos que el coupé.
Su capota se despliega en forma de “Z” y lleva luneta trasera de vidrio con sistema de desempañado. De igual modo, sorprende lo generoso de su dotación, que en la versión más enérgica cuenta hasta con faros bi-xenón Plus.
Dinamicamente no es el vehículo más confortable ni el más deportivo de su tipo, teniendo a su servicio una dura posición para circuitos, pero conjuega muy bien en sus parcelas.
El tope gama 3.2 de 250CV enérgica, “sedienta”, (según la conducción) y corredora como pocas. También estamos hablando de asociar tracción integral Quattro por embrague Haldex, un plus de seguridad a ritmo rápido cuando la ruta se retuerce y es poco adherente. También dispone de un cambio tecnico manual de seis velocidades.
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