Consejos para el empeño de vehículos

Consejos para el empeño de vehículos

Desde que han empezado a fabricarse los primeros vehículos, el ser humano ha acudido a toda suerte de casas de empeño de coches, con el fin de sacarle no ya un provecho de velocidad, sino de moneda. Hoy día y debido a esta causa han proliferado las casas de empeño de toda suerte de vehículos, a donde acuden gentes de todo tipo. Lo que me parece es que se necesitarían una suerte de consejos para no salir cual pavo desplumado ni el vendedor ni el comprador.

Antes existía una cosa muy buena, llamada negociación. Hoy día existe lo mismo, pero con otro nombre, el de tasador. Esta figura se encarga de analizar nuestro vehículo como si tuviéramos dentro el tesoro de “Las minas del rey Salomón”. Después de un escrupuloso análisis dictamina su veredicto, es decir, el precio. Se recomienda al comprador intentar subirlo, ya que si al vendedor realmente le interesa el coche no le importará el alza.

Los intereses que tengamos sobre dicho préstamo no deben de ser muy elevados. Si el vendedor intenta subir nosotros intentaremos bajar. Siempre hay un punto intermedio de la escalera en el cual nos tendremos que saludar.

Y si necesitamos recuperar este querido medio de transporte que tan fácilmente y con tanta soltura hemos empeñado, no nos quedará más remedio que trabajar e intentar devolver el préstamo. Si no podemos hacerlo siempre nos quedará el consuelo de poder comprar otro coche en el futuro (y rezar de que no lo tengamos que empeñar otra vez).

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